Tortuga = lento; liebre = rápido... Estos son los significados connotativos de estas palabras.
No sería adecuado decir, por ejemplo, "Tiene usted que manducar más despacio", en una consulta médica, pero sí "¡Ya va siendo hora de manducar!", entre amigos, antes del recreo.
Más ejemplos:
"Su níveo cabello se movía con el viento", no lo diría una peluquera.
"Aquella señora le da mucha importancia a su cutis", "la modelo tiene el cutis muy cuidado".
"Traga como un cerdo". Un médico no diría: "debe tragar más alimentos", pero sí "ingerir más alimentos".
"Cantas peor que los galgos de Amadeo"
NUESTRAS CITAS
CALENDARIO ESCOLAR DE 2º DE ESO
NAVEGAR POR LAS NUBES
amor
(3)
aprender a aprender
(2)
autonomía e iniciativa personal
(1)
bases
(1)
centenario
(1)
cine
(1)
coca-cola
(9)
competencia cultural y artística
(13)
competencia digital
(8)
competencia lingüística
(12)
complemetarias
(3)
concurso
(6)
concurso literario
(2)
connotación
(1)
curso 12-13
(4)
curso 14-15
(5)
el verbo
(1)
entrevista
(1)
escritura creativa
(10)
evaluación
(1)
exposición oral
(1)
expresión oral
(1)
GV
(1)
halloween
(2)
Ildefonso Manuel Gil
(1)
lectua
(1)
lectura
(5)
lenguaje audiovisual
(1)
lenguaje literario
(1)
literatura
(1)
Lope de Vega
(1)
metáforas
(3)
participación estudiantil
(6)
pendientes.
(1)
perífrasis verbales
(1)
poesía
(6)
PRESENTACIÓN
(1)
recuperación
(2)
recursos retóricos
(1)
relatos cortos
(5)
sintaxis
(2)
teatro
(4)
textos
(1)
TIC
(2)
trabajo en equipo
(2)
valores democráticos
(1)
lunes, 28 de enero de 2013
miércoles, 16 de enero de 2013
El barco de Gabriela...
Cuando
Emily se asomó a la ventana vio el barco sin nadie vigilándolo. Se
vistió, desayunó y bajó a verlo de cerca. No se decidía a entrar
cuando, de repente, escuchó que alguien gritaba su nombre: era su
amiga Sally.
Después
de un rato hablando, las dos entraron al barco, simplemente por
curiosidad. Al entrar no vieron nade que les llamase la atención,
pero en el último piso observaron una puerta cerrada. Se acercaron
con sigilo ,y a la vez mucho miedo, porque no sabían qué aguardaba
tras la puerta. Cuando intentaron abrirla no pudieron; estaba cerrada
con llave.
Estuvieron
buscando la llave por todo el barco, pero no la encontraron, se
fueron a casa.
A la
mañana siguiente, Emily se dispuso a dar un paseo por la orilla de
la playa, cuando una ola llevó hasta sus pies una llave vieja y
grande. Corriendo, llamo a su amiga Sally, pero ella le dijo que por
la mañana no podía ir, que tenia que ser por la tarde. Las dos
comieron con mucha intriga. Por la tarde se vieron, pero no se
atrevían a entrar. Al final, con mucho valor, consiguieron poner un
pie en el barco. Fueron al último piso y, al abrir la puerta,
encontraron al padre de Emily muerto en una cama y a su lado una nota
que decía: “Tened cuidado con este barco, guarda muchos secretos e
historias misteriosas”.
Gabriela Botello
"UN SUEÑO MARAVILLOSO" DE NURIA
Al despertarme, todo era distinto, había tenido un sueño extraño...
Era
una casa grande, ¡muy grande! Y estaba en mi enorme habitación, rodeada
de objetos brillantes. Y mi armario... mi armario era... ¡era enoorme!
más grande que mi cama, ¡mucho más! Todo era muy rosa... La inmensa cama
tenía un dosel con telas preciosas colgando. Me asomé a la ventana y
pude observar un jardín tremendo, con un laberinto hecho con distintas
clases de flores, de muchos colores. Hacia un lado, contemplé una
piscina y poco detrás de ella ¡¿ un campo de golf?!
Salí corriendo de mi habitación y me encontré unas escaleras excesivamente grandes, que iban hacia arriba y hacia abajo.
No
sabía cuántos pisos tendría la casa en la que me encontraba, pero no
tenía ninguna pinta de ser pequeña... Las escaleras, tenían una fina y
aterciopelada alfombra roja, y a los lados, unas barandillas doradas muy
brillantes. No se oía ningún ruido en la casa, así que pensé que
estaría sola y, por tanto, bajé para explorar la vivienda. Cuando llegué
abajo, me encontré a una mujer limpiando los cristales. Supuse que
sería parte del servicio de la casa, puesto que cuando me acerqué a la
cocina había un señor preparando una gran variedad de desayunos.
A
continuación oí una voz: ''¡Samantha! acude rápido al vestidor y
seguido a desayunar, que te espera la limusina en la puerta para ir al
colegio''. Yo pensé: '' ¡¿limusinaa?!'' y corrí hacia la puerta.
Efectivamente, allí estaba, frente a la entrada... ''¡Samantha!, date
prisa, que no llegas''. Mientras me dirigía hacia la cocina, noté algo
extraño, como si me estuviesen hablando, pero no dentro de la casa...
''¡Samantha! ¡levántate ya! Que aún te tienes que hacer el almuerzo y
¡no vas a llegar!''
Todo había sido un sueño... Así que, con
las mismas, me levanté y fui a la cocina, allí estaban mi padre,
desayunando rápido y de pie porque no llegaba; y mi madre, dando de
desayunar a mi hermano. Miré por la ventana: llovía, y el autobús ¡se me
escapaba de nuevo! Tendría que ir andando... ¡¿Y la limusina?!
Nuria Sanz
LA ESPECIAL PRINCESA DE RAQUEL
Un chico llamado Carlos estaba enamorado de una princesa. Ya que ésta
lo había rechazado muchas veces, se puso muy celoso de todo hombre que se le acercaba. A pesar de todo,
el chico no sabía que la princesa se convertía en loba por las mañanas, cuando iba
a cazar.
La princesa era una gran cazadora, porque cazaba muchos animales y de
bastante variedad.
Todas las mañanas iba a cazar al bosque, y llegaba a casa a la hora de
comer. Eso sí, siempre iba sola, no dejaba que nadie le acompañase.
Allí en el bosque, la princesa se convertía en
loba al quitarse su ropa. Esta transformación le vino por herencia, ya que a un
antepasado suyo ya le ocurrió. Después cazaba y , al regresar, se echaba encima
de la ropa y se convertía otra vez en humana, marchándose a su casa. Un día el
chico la siguió, porque pensaba que tenía un amante en el bosque y se veían
todas las mañanas. Pero al llegar allí vio que la princesa se convirtió en
loba. Él le quitó sus ropas, que estaban en el suelo, para vengarse por haberlo
rechazado. Cuando la loba regresó, no encontró su vestimenta, y no pudo volver
a convertirse en la princesa que era.
Raquel Vicente
EL RELATO DE NURIA: ¡ESTO MEJORA!
Carlos era un niño al que le fascinaban los animales nocturnos,en especial los que volaban. Estudiaba todas sus características, lo que comían.. Cada vez quería saber más sobre el tema, así que decidió salir una noche en busca de un murciélago,para poder examinarlo él solo. Había mirado en libros y por Internet formas para atraer murciélagos, pero aquella noche nada le funcionaba. Pasó rato y rato...y más rato... pero nada, por allí no pasaba nada. El jóven, un poco defraudado, se levantó del suelo y se dirigió hacia su casa..
Mientras estaba metido en la cama, pensaba y pensaba sobre el tema...''¿Por qué no ha pasado ninguno? Todas las noches pasan cientos...y justo hoy ¡ninguno!''. Se decía a sí mismo.
A la mañana siguiente, Carlos comenzó a planear alguna estrategia para aquella noche. Al atardecer, éste se preparó su mochila con lo suficiente, para poder acampar ene el bosque, y un frasquito de cristal, porque él tenía claro que esa noche atraparía un murciélago, sí o sí. Y efectivamente, mientras se comía un bocadillo como cena, pudo observar a uno y no se lo pensó dos veces: se levantó, cogió el bote y, sigilosamente, se acercó y lo atrapó. Cuando amaneció, recogió todos sus bártulos y regresó a casa.
Ya en casa, al ir a abrir el bote, se le resbaló de las manos y se rompió. El murciélago comenzó a revolotear por la habitación. Al recoger los cristales del suelo,se hizo una pequeña herida en el dedo meñique, pero no le dio gran importancia y después atrapó el animal y comenzó a examinarlo... Todo lo que iba descubriendo lo apuntaba en su cuaderno.. De repente, el murciélago soltó un líquido por su boca y cayó ene l dedo de Carlos. El niño corrió a lavarse las manos, pero ya era tarde... Desde entonces, todas y cada una de las noches se convertía en un pequeño murciélago hasta el amanecer.
Nuria Sanz Diez.
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